Por segundo año consecutivo nuestro jueves santo estaba ocupado por un cautivo con mucha solera, el cautivo de la localidad de Calañas, pequeña pero acogedora en todos sus sentidos.
Calles estrechas y oscuras nos trasladaron a otra época durante casi cuatro horas, como si Calañas estuviese diseñada para su andar majestuoso mientras su pueblo lo arropa a su paso.
Entre mas marchas interpretadas podemos destacar Señor de San Román, Oración en el Huerto, Señora de Sevilla Macarena o La Saeta
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